EL DIOS DEL MAL
Como? Que me que? No
podía ser, si ese chaval, como dice mi madre, me besó lo tendría
que conocer bien, no? Si no... que lío no podía parar de pensar en
el ángel. Creo que me estoy volviendo loca, como podía estar
pensando en? Todo era un sueño, un tremendo sueño y me estaba
enamorando de un personaje que a inventado mi mente, a parte la pluma
la pudo haber dejado el chaval que me trajo a casa, aunque fuera una
tremenda casualidad, podía ser no?
- mama, y tu permitiste que lo hiciera?- no estaba enfadada, solo un poco aturdida, como veréis, no es normal que tu madre deje que un chico te bese, y menos estando tu inconsciente.
- Que querías que hiciera, creía que era tu novio, se le veía tan preocupado...y viendo tu cara me parece que me he equivocado, deja que te diga u7na cosa, un chico no te mira de esa manera si no esta enamorado de ti.... solo digo eso- y se empezó a reír, su sonrisa era contagiosa, así que yo también me puse a reír hasta que no pude mas.
Mientras tanto, en la
oscuridad...
El chico no tendría mas
de 17 años, pero la edad engaña, en realidad tiene 250. desde que
se convirtió en lo que es ahora, un siervo del mal, mas bien, el mal
en persona, no envejece, desde que lo mataron y se levantó con el
poder de Draco Inferni, bajo el
brazo no a cambiado de aspecto, sigue teniendo 17 años, ahora y
siempre, al menos si no lo matan los ángeles cambiantes junto con el
elegido, el sexto ángel cambiante. Absorto en sus pensamientos no se
da cuenta de que esta empezando a cambiar, el también es un ángel
cambiante, pero no puro, el hace 250 años, cuando solo era un
chaval, mató a uno de los ángeles cambiantes mas importantes, un
ángel de aire, y le robó el alma, pero como la suya no era pura,
el alma del ángel se corrompió y se convirtió en un siervo del mal
con unos poderes que no tendrían que estar en su mano, el podía
cambiar en un fénix, el ave que renace de sus propias cenizas. No
terminó el cambio, y se quedó con las alas desplegadas, de pié,
pensando, si alguien entrara y lo viera pensaría que es un ángel
caído, como Satán. Quien lo viera diría que es demasiado joven,
quien lo viera se quedaría prendado de su belleza, un chaval de 17
años, con el pelo negro de punta, musculoso, alto, mas o menos de
1'80, lo único que asustaría de el serian sus ojos, de un rojo como
el fuego, a causa del poder de su alma corrompida y sus alas, de
fuego, literalmente, sus alas estaban formadas por llamas que le
salia de su espalda, dando la espalda a la puerta
- quien anda ahí?- su voz era fina, pero tenia un tono autoritario, y daba miedo su timbre, de ultratumba.
- Soy yo mi señor, Kayla, no he podido matar a mi hermana, un ángel se me ha adelantado y...
- dices que un ángel ha matado a tu hermana?- estaba sorprendido, desplegó sus alas y se giró
- N...no, la ha salvado- Kayla agachó la cabeza avergonzada- lo siento- parecía que se echara a llorar
- Kayla, no pasa nada, lo conseguirás, tranquila, pero no me queda tiempo, te lo advierto, si no consigues matarla lo haré yo, y sabes que lo haré.- la miraba con ternura, le levantó el mentón y la besó con intensidad, él iba sin camiseta, el pecho le subía y le bajaba muy rápido, se estaba conteniendo, y ella lo sabia.
Kayla sabia muchas cosas,
porque él, Jack, confiaba en ella, ella sabia que podía dominar el
mundo, pero también sabia sus puntos débiles, también sabia que la
quería, pero no te puedes fiar de un demonio... bueno de un medio
demonio... bueno de algo que no sabes bien bien que es... Pero lo que
no sabia nadie es que era mucho mas peligroso, fiero y horrible que
Satán, su padre...
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